¿Qué son las cardiopatías congénitas en el recién nacido?
Las cardiopatías congénitas en el recién nacido (CC) son malformaciones en la anatomía del corazón que se producen durante el desarrollo fetal, en una etapa muy temprana de la gestación (primer trimestre). Existen numerosos tipos de malformaciones cardíacas y diversas formas de clasificarlas. El modo y el momento de presentación son diferentes según el tipo de defecto, así el recién nacido afecto puede estar asintomático durante las primeras semanas o meses de vida o, por el contrario, presentar graves síntomas incompatibles con la vida tras el nacimiento. Siempre, ante un recién nacido con sospecha de CC, se tendrá que activar un protocolo urgente de diagnóstico debido a la potencial gravedad de la enfermedad.
En los últimos años la introducción de la ecocardiografía fetal, en la exploración prenatal, ha hecho evolucionar el diagnóstico de CC fetal, que ha pasado de ser una patología de difícil sospecha a ser una de las enfermedades mejor estudiadas y definidas a lo largo de la gestación. Gracias a este diagnóstico precoz tanto el obstetra, el neonatólogo como el cardiólogo pediátrico tienen las herramientas necesarias en el momento del nacimiento para abordar la patología y adelantarse a los problemas, mejorando no solo la mortalidad sino también la morbilidad asociada y las complicaciones quirúrgicas en caso de ser intervención.
Un problema frecuente
Anatómicamente, se puede encontrar una anomalía a nivel de cualquiera de las diferentes partes de las que consta el corazón: bien en alguna de sus cuatro cámaras cardíacas, bien a nivel de las válvulas que separan aurículas y ventrículos (derechos e izquierdos), o bien a nivel de alguna de las válvulas de salida del corazón. Por tanto, cada caso requiere un abordaje terapéutico diferente. (figura 1. Estructura de un corazón normal, cámaras y válvulas cardíacas).
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De todo esto se deduce la gran variedad de CC que se pueden hallar y los diferentes síntomas al diagnóstico, y momento de presentación.
La frecuencia de cardiopatía congénita en el recién nacido es aproximadamente en 0.8-1 de cada 100 bebés. Se trata de un problema frecuente que, gracias al desarrollo creciente de los métodos de diagnóstico y sobre todo de tratamiento quirúrgico, tiene una solución alentadora. La supervivencia actualmente está alrededor del 85%, con unas expectativas de vida dentro de la normalidad en la mayoría de los casos.
No todas ellas son candidatas a tratamiento médico o quirúrgico, siendo muchas de ellas compatible con una vida normal con la ayuda de unos controles médicos estrictos y de las diferentes técnicas de diagnóstico (ecografías, electrocardiogramas, cateterismos u otras pruebas de función cardiaca) para saber cómo va el funcionamiento del corazón a lo largo del tiempo.
Sin embargo, ante cualquier neonato con síntomas y sospecha de cardiopatía congénita, debemos tener presente la potencial gravedad de las mismas sobre todo cuando existe la posibilidad de patología extra cardíaca asociada (20-30%) que agrava la situación (cromosomopatías). Las CC con clínica neonatal y dejadas a su evolución natural, tienen una mortalidad elevada, bien por tratarse de cardiopatías complejas o por presentarse de forma muy severa. Es fundamental un alto índice de sospecha para iniciar lo antes posible el tratamiento médico que, en la mayoría de los casos, se materializa en el paso intermedio de la cirugía.
La etiología se desconoce en la mayoría de las ocasiones. Alrededor de un 25-30% de los casos se asocian a anomalías cromosómicas visibles o micro delecciones (22q11). La casi totalidad de los mismos (alrededor del 70-80%) tiene un origen genético mendeliano o multifactorial. Entre el 2-3% pueden ser causadas por factores ambientales, bien sean enfermedades maternas o causadas por teratógenos. La identificación de estos teratógenos cardíacos es complicada, debido a la variabilidad del riesgo (que depende del momento y dosis de la exposición), así como a la certeza de la exposición. En el momento actual hay evidencias o sospechas importantes respecto a la asociación causal por exposición a algunos factores ambientales, en el periodo periconcepcional (3 meses antes y 3 meses después de la concepción), como en enfermedades maternas (diabetes, lupus), agentes físicos o químicos como el litio, fármacos o drogas como el ácido retinoico, la talidomida, anfetaminas o el alcohol.
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TIPOS DE CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS EN EL RECIÉN NACIDO:
Existen numerosas maneras de clasificar las cardiopatías congénitas en el recién nacido, dependiendo a qué nivel esté afectando el corazón o en función de su modo de presentación.
Fisiopatológicamente, quizás por su facilidad de comprensión, se dividen entre: cianóticas y no cianóticas, según el modo de presentación en el recién nacido (con o sin cianosis, es decir con o sin disminución de la saturación de oxígeno en la sangre), y dentro de ellas, las subdividimos según su fisiopatología (tabla 1) (figura 2, esquema de algunas CC). Así entre las cardiopatías acianóticas se hallan las cardiopatías con cortocircuito de izquierda a derecha, (algo más del 50%), las cardiopatías obstructivas (izquierdas y derechas) y otras menos frecuentes como son las insuficiencias valvulares o las miocardiopatías. Entre las cianóticas están las que suponen una disminución del flujo pulmonar por obstrucción del corazón derecho, o bien en las que son consecuencia de la mezcla total de sangre oxigenada con no oxigenada, a través de cortocircuitos entre los flujos pulmonar y sistémico (cortocircuitos derecha-izquierda).
Modos de presentación
Tras el nacimiento se producen una serie de adaptaciones fisiológicas o transición de la vida fetal a la adulta en las primeras horas o días de vida, fundamentales sobre todo en el caso de padecer una CC. Entre estos cambios fisiológicos destacan el cierre en las primeras horas/días de vida del conducto arterioso que comunica las circulaciones pulmonar y sistémica, y la reducción de las resistencias vasculares pulmonares.
Existen CC ductus-dependientes, es decir, que necesitan permeable este conducto para poder abastecer el flujo a uno de las dos circulaciones (pulmonar o sistémica) por encontrarse una de ellas ausente/hipoplásica/obstruida.
Por este motivo algunos recién nacidos ya están cianóticos al nacimiento, o poco después, y ese es el síntoma clave que nos obliga a descartar en primer lugar la presencia de una cardiopatía severa. La transposición de grandes arterias, el drenaje venoso anómalo total, o la atresia pulmonar con septo interventricular íntegro se presentarían de este modo y precisarían de una actuación quirúrgica urgente, o al menos procurarun ductus arterioso abierto (mediante la administración de prostaglandinas iv) que, en la mayoría de ellas, es fundamental hasta que llegue la cirugía.
En otros recién nacidos podemos encontrarnos, en la exploración, un soplo sin síntomas acompañantes, lo que nos debe de poner en alerta y hacer pensar en que unos días o semanas más tarde, (cuando la circulación de la vida adulta se establezca definitivamente, es decir, disminuyan por completo las resistencias vasculares pulmonares) se presenten los síntomas graves, incluso potencialmente fatales.
En este último supuesto se encuadraría el recién nacido aparentemente sano que es dado de alta y que, tras unas semanas, presenta síntomas de insuficiencia cardíaca congestiva, con dificultad respiratoria, escasa ganancia ponderal etc. Es el caso, por ejemplo, de un cortocircuito izquierda-derecha que, tras disminuir las resistencias vasculares derechas, presenta un shunt significativo a nivel del defecto, con la consecuente situación de insuficiencia cardíaca. Es posible encontrar también un shock cardiogénico tras unos días en el cas, por ejemplo, de la coartación de aorta que, tras el cierre del ductus en la primera semana de vida, se manifiesta con estos síntomas y la ausencia de pulsos periféricos en la parte inferior del cuerpo.
Métodos diagnósticos
Cuando existe la sospecha de cardiopatías congénitas en el recién nacido, es necesario comprobar el adecuado estado hemodinámico con la toma de tensión arterial y perfusión periférica, así como la medición de la saturación de oxígeno en sangre mediante pulsioximetría.
Para confirmar el diagnóstico será necesaria la realización de una ecocardiografía doppler color por parte de un cardiólogo pediátrico, así como completar el estudio con un ECG para descartar arritmias asociadas.
Una vez confirmado el diagnóstico se deberá valorar la mejor opción terapéutica que, dependiendo del defecto y del estado hemodinámico del paciente, será más o menos urgente.
Diagnóstico prenatal
La ecocardiografía fetal ha pasado a ser, en los últimos años, un área completa que permite, además del diagnóstico, afinar información sobre pronóstico y perfeccionar el manejo de los casos diagnosticados, incluso, a veces, seleccionando pacientes y dirigiendo un tratamiento intraútero.
Cada vez encontramos mayores tasas de detección por los centros hospitalarios, tasas en las que se incluyen algunos defectos sin repercusión hemodinámica.
La probabilidad de detectar un defecto cardíaco durante la vida fetal está relacionada, entre otros, con la experiencia del ecografísta, las semanas de gestación, la posición del feto y el equipo utilizado. La detección prenatal tiene especial relevancia en las CC ductus-dependientes, donde un retraso en el diagnóstico puede tener como resultado un aumento de la mortalidad y morbilidad.
Ante un diagnóstico prenatal es imprescindible comunicar a los padres los síntomas que pueden o van a aparecer en el recién nacido, la necesidad o no de cirugía, el momento de la misma, y si fuese preciso programar o no un parto en un centro hospitalario terciario con cuidados intensivos y cirugía cardíaca (CC ductus-dependientes), así como la morbi-mortalidad a corto y largo plazo. El riesgo de aneuploidía es mayor del 30% en un feto con CC, por lo que se debe ofrecer también estudio de cariotipo fetal y estudio de microdelección 22q11 en los defectos conotruncales.
El examen ecocardiográfico avanzado propuesto por la Intenational Society of Ultrasound in Obstétrics and Gynecology (ISUOG) en 2006 permite tasas de detección de anomalías cardíacas congénitas en centros de referencia de aproximadamente el 90%.
Alta tasa de éxito
Las CC son malformaciones en la estructura del corazón del recién nacido. Constituyen la causa principal de mortalidad por anomalías congénitas en lactantes, siendo ésta mortalidad distinta según la malformación que se presente.
Alrededor de un 25-30% se presentan en el contexto de síndromes malformativos o cromosomopatías.
Hoy en día las nuevas técnicas de cirugía, intervencionismo y diagnóstico nos permiten afrontar prácticamente todas las cardiopatías congénitas en el recién nacido con tasas de éxito muy importantes.
El diagnóstico prenatal hace posible cambiar el rumbo de la enfermedad, la intervención precoz o incluso intraútero ha sido uno de los grandes avances en este tema y ha mejorado tanto la supervivencia como la morbilidad asociada, cambiando radicalmente el pronóstico actual de ciertas cardiopatías.
Abreviaturas
CIV: comunicación interventricular.
CIA: comunicación interauricular.
ECG: electrocardiograma.
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Las enfermedades del corazón más frecuentes en bebés y niños
Según la Fundación Española del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología, las cardiopatías congénitas más habituales en bebés y niños son la comunicación interventricular (CIV), la tetralogía de Fallot y la comunicación interauricular (CIA). El diagnóstico precoz es fundamental para el tratamiento de estas enfermedades del corazón, cuyo pronóstico es cada día más favorable debido a los avances en cirugía. Te contamos más acerca de las cardiopatías congénitas en bebés y niños.
Los tipos de cardiopatías más frecuentes en bebés y niños
1. Comunicación interventricular en el bebé
Es la cardiopatía congénita más frecuente al nacer y consiste en la presencia de un orificio que comunica los dos ventrículos.
Causas. Se desconoce su causa exacta, pero tener antecedentes familiares de defectos cardíacos puede constituir un factor de riesgo.
Síntomas. Dependen del tamaño del orificio de la CIV más que de su localización. Si el orificio es pequeño, el paciente no presentará síntomas en toda su vida, únicamente un soplo cardíaco muy llamativo, cuando su médico le explore. Pero cuando el defecto es grande se produce insuficiencia cardiaca, fatiga, sudoración, bajo crecimiento y soplo cardíaco. En este caso, si el paciente no es tratado adecuadamente, puede aparecer hipertensión pulmonar, dificultad para respirar y cianosis (dedos y labios morados).
Tratamiento. La CIV se puede cerrar de forma espontánea hasta en un 40 por ciento de los casos, en su mayor parte, en los primeros 6 meses de vida. El tratamiento depende del tamaño de la CIV. Las CIV pequeñas no provocan síntomas y no precisan tratamiento. Muchas tienden a cerrarse con el tiempo y también se hacen más pequeñas proporcionalmente al aumentar el tamaño del corazón. Conviene revisarlas periódicamente y no suelen precisar tratamiento reparador en la vida adulta.
Los pacientes pueden hacer una vida totalmente normal. La CIV de gran tamaño da síntomas en el bebé, y además del tratamiento para la insuficiencia cardiaca, hay que realizar el cierre quirúrgico del defecto interventricular. Es recomendable intervenir a partir del sexto mes de vida (la mortalidad es del 20 por ciento al primer mes y baja hasta el 2-3 por ciento después del sexto mes de vida). No es conveniente retrasar la cirugía después de los dos años de edad, por el peligro de desarrollar hipertensión pulmonar severa e intratable.
2. Tetralogía de Fallot en el bebé
Es una cardiopatía congénita compleja que incluye comunicación interventricular, estenosis de la arteria pulmonar, encabalgamiento de aorta (la arteria aorta no sale del ventrículo izquierdo, si no que lo hace por encima de la comunicación interventricular, es decir, entre el ventrículo derecho y el izquierdo) e hipertrofia del ventrículo derecho (el ventrículo derecho está engrosado por aumento de la carga de trabajo).
Causas. Esta patología está asociada al consumo excesivo de alcohol durante el embarazo, al padecimiento de rubéola durante la gestación, a una nutrición deficiente durante el embarazo y al consumo de medicamentos para controlar las convulsiones y la diabetes.
Síntomas. Aunque hay pacientes asintomáticos, la mayoría presenta cianosis desde el nacimiento, con disminución de la tolerancia al esfuerzo, engrosamiento del extremo de los dedos y crisis hipoxémicas por la disminución de la oxigenación de la sangre ante determinados estímulos como el llanto o el dolor.
Tratamiento. El tratamiento quirúrgico puede lograr la corrección total de esta cardiopatía congénita. Se recomienda en cuanto se diagnostica al niño, aunque este sea un bebé porque el pronóstico de estos paciente es muy malo sin cirugía y mejora claramente a largo plazo tras la cirugía reparadora.
Solo un 6 por ciento de los pacientes no operados han llegado a cumplir 30 años, y solo un 3 por ciento han cumplido los 40 años. De los niños operados, con buen resultado, la mayoría llegan a adultos haciendo una vida relativamente normal. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden tener, después de muchos años, algunas complicaciones como arritmias o insuficiencia cardiaca por disfunción del miocardio.
3. Comunicación interauricular (CIA)
Durante la formación del feto, hay una abertura entre las aurículas izquierda y derecha (cámaras superiores) del corazón. Generalmente, este orificio se cierra al poco tiempo del nacimiento. Si no se cierra totalmente, el problema se denomina CIA tipo ostium secundum. La CIA tipo ostium secundum es el tipo más común de CIA. Otros tipos son la CIA tipo ostium primum y la CIA tipo seno venoso. Cada tipo de CIA está relacionado con un orificio en una parte diferente del tabique interauricular.
Causas. La causa de esta afección se desconoce y generalmente no es genética, es decir, no es una enfermedad que se herede de los padres.
Síntomas. En algunos casos, los bebés o los niños no tienen síntomas, pero otros pueden presentar fatiga, sudoración, respiración rápida, dificultad para respirar, crecimiento deficiente, cansancio con el ejercicio, palpitaciones e infecciones respiratorias frecuentes.
Tratamiento. El tratamiento de primera elección es la cirugía. En los últimos años, se han desarrollado dispositivos de cierre de la comunicación interauricular a través de catéteres (en caso de orificios pequeños). Esta técnica permite su implante sin cirugía mediante punción por la vena femoral.
Cuando se realiza un diagnóstico temprano y una reparación de la CIA, el resultado por lo general es excelente y se requiere un seguimiento mínimo. Si se diagnostica tarde o se producen complicaciones después de la intervención, las perspectivas en general son tan buenas. Cortesía: https://www.guiainfantil.com/
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El 14 de febrero se celebró el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas.
Una cardiopatía se refiere a cualquier defecto o enfermedad del corazón y existen dos tipos: las congénitas, aquellas que se originan desde que el bebé está en el vientre, y las adquiridas, aquellas que se desarrollan después del nacimiento.
Mientras que unas cardiopatías se curan con procedimientos quirúrgicos o por cateterismo, otras pueden, con estos mismos procedimientos, mejorarse y permitir que los pacientes lleven a cabo sus actividades diarias de una manera normal y menos limitada. Un seguimiento cardiológico adecuado es siempre fundamental para permitir a los pacientes mejorar los resultados de sus tratamientos.
Las cardiopatías se clasifican, principalmente, en:
Defectos que causan mucho flujo al pulmón.
Defectos que causan muy poco flujo al pulmón.
Defectos que causan poco flujo a través del cuerpo.
Aunque no se sabe exactamente cuales son las causas de una cardiopatía congénita, existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollarla, estas son algunas:
Algunas enfermedades maternas previas al embarazo
Ciertas infecciones durante la gestación
Familiares con cardiopatías congénitas
Exposición de los padres a contaminantes
Signos de alerta que podrían indicar que mi hijo tiene alguna cardiopatía:
Le cuesta trabajo respirar o su respiración es rápida y agitada.
Le cuesta trabajo comer, se cansa o hace muchas pausas durante su alimentación.
La piel, labios, lengua o uñas tienen un tono azulado o morado.
Tiene problemas para ganar peso.
Suda mucho mientras come o duerme.
Se cansa muy rápido al hacer ejercicio
¿Cuándo consultar con un especialista?
Aunque por lo general las cardiopatías congénitas se diagnostican antes o poco después del nacimiento, es importante acudir con un especialista si el menor presenta algunos de los síntomas ya mencionados. Cortesìa: https://centromedicoabc.com/revista-digital/
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Qué es una cardiopatía? Se trata de anomalías en la estructura del corazón o en los grandes vasos sanguíneos. Puede ser congénita o adquirida, y es uno de los defectos de nacimiento más comunes en los bebés.
¿Qué tipo de cardiopatías puede heredar un niño?
El estudio de las cardiopatías familiares resulta crucial, tanto en niños como en mayores, ya que a menudo están presentes en individuos aparentemente sanos y en los que, desgraciadamente, la muerte súbita cardiaca (MSC) puede ser la primera manifestación de la enfermedad.
La muerte súbita (MS) se define como un fallecimiento inesperado, que tiene lugar durante la primera hora tras el comienzo de los síntomas o que ocurre en las siguientes 24 horas tras haberse visto por última vez a la víctima en buen estado de salud. ¿Se trata de una cardiopatía heredada? Te explicamos qué tipos de cardiopatías puede heredar un niño.
Estos son los tipos de cardiopatías que puede heredar un niño
En los niños, hemos de considerar dos grandes tipos de enfermedades hereditarias con afectación cardíaca directa:
1. Las cardiopatías estructurales (miocardiopatías).
2. Las arritmogénicas (canalopatías).
Actualmente se conocen más de 100 genes implicados en las enfermedades asociadas a la muerte súbita cardiaca. La mayoría de las mutaciones en estos genes se trasmiten con un patrón de herencia autosómico dominante (los descendientes tienen un 50% de posibilidad de poseer la mutación y desarrollar la enfermedad).
El futuro está precisamente en el desarrollo de la llamada cardiogenética, pues su avance permitirá conocer las bases moleculares de la muerte súbita cardíaca, así como identificar familiares asintomáticos en situación de riesgo.
Cómo se estudian en los niños las cardiopatías familiares
Es imprescindible estudiar en la consulta de cardiología infantil a los niños con antecedentes familiares de arritmias graves y a los niños con antecedentes familiares de muerte súbita. En ellos está indicado hacer una valoración cardiológica rutinaria (ecografía del corazón, electrocardiograma); y en determinados supuestos, un estudio genético.
La finalidad no puede ser más importante: administrar un tratamiento farmacológico o una medida adecuada (por ejemplo: un marcapasos o un desfibrilador) para garantizar la supervivencia del niño. Cortesía: https://www.guiainfantil.com/.../enfermedades-infantiles/
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Igualdad de género
Una tarea inacabada
Las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial y por consiguiente la mitad de su potencial. La igualdad de género, además de ser un derecho humano fundamental, es imprescindible para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y capaces de desarrollarse de forma sostenible. Además, está demostrado que el empoderamiento de las mujeres estimula la productividad y el crecimiento económico.
Desafortunadamente, aún queda mucho recorrido para alcanzar la plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, advierte ONU Mujeres. Por ello es de primordial importancia acabar con las múltiples formas de violencia de género y que el acceso a la educación y a la salud de calidad, a los recursos económicos y a la participación en la vida política sea igualitario tanto para mujeres y niñas como para hombres y niños. También es fundamental lograr tanto la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo como a posiciones de liderazgo y la toma de decisiones a todos los niveles.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha manifestado que conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen el mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo.
Las Naciones Unidas y la mujer
Las Naciones Unidas han apoyado los derechos de las mujeres ya desde la adopción de su Carta fundacional. Entre sus propósitos, la ONU declaró en el artículo 1 de su Carta “Realizar la cooperación internacional [...] en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión”.
Durante el primer año de vida de las Naciones Unidas, el Consejo Económico y Social fundó la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, como el principal organismo internacional para la creación de políticas dedicadas exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Entre sus primeros logros, asegurar el uso neutro de la lengua en cuanto al género en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Los derechos de la mujer son derechos humanos
La igualdad de género se incorporó a las Normas Internacionales de los derechos humanos mediante la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. Ese documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos reconoció que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y que “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, [...] nacimiento o cualquier otra condición.”
Gracias a que el movimiento feminista internacional comenzó a ganar fuerza durante los años 70, la Asamblea General declaró 1975 como el Año Internacional de la Mujer y organizó la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Ciudad de México. A instancias de esta Conferencia, se declaró posteriormente el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (Ver PDF en https://undocs.org/es/A/RES/3520%20(XXX)) (1976-1985) y se creó el Fondo de Contribuciones Voluntarias para el Decenio.
En 1979, la Asamblea General aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que a menudo se describe como una Carta Internacional de Derechos Humanos para las mujeres. En sus 30 artículos, esta Convención define explícitamente la discriminación contra las mujeres y establece una hoja de ruta de acción nacional para poner fin a tal forma de discriminación. Esta Convención se centra en la cultura y la tradición como fuerzas influyentes que dan forma a los roles de género y a las relaciones familiares. Además, es el primer tratado de derechos humanos que ratifica los derechos reproductivos de las mujeres.
En 1980, cinco años después de la conferencia de Ciudad de México, se celebró una Segunda Conferencia Mundial sobre la Mujer en Copenhague. El Programa de Acción resultante requería la adopción de medidas nacionales más rigurosas para asegurar que las mujeres tuvieran la posesión y el control de la propiedad, así como mejoras en los derechos de estas con respecto a la herencia, la custodia de los hijos y la pérdida de la nacionalidad.
El nacimiento del feminismo mundial
En 1985, tuvo lugar en Nairobi la Conferencia Mundial para el Examen y la Evaluación de los Logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz. Un evento que se convocó en un momento en el que el movimiento por la igualdad de género finalmente había ganado verdadero reconocimiento mundial; al mismo tiempo, 15.000 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) participaron en un Foro de ONG.
El acontecimiento fue descrito por muchos como «el nacimiento del feminismo a nivel mundial». Al darse cuenta de que los objetivos de la Conferencia de Ciudad de México no se habían alcanzado adecuadamente, los 157 gobiernos participantes aprobaron las Estrategias de Nairobi Orientadas hacia el Futuro para el año 2000. El documento sentó nuevas bases al declarar que todos los asuntos afectaban a las mujeres...
Lenguaje inclusivo en cuanto al género
Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género.
Por “lenguaje inclusivo en cuanto al género” se entiende la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género.
Estos recursos y orientaciones se han recopilado con la finalidad de ayudar al personal de las Naciones Unidas en el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género en todo tipo de situación comunicativa (oral o escrita, formal o informal) y sirven como punto de partida útil para cualquier persona. Cortesía: https://www.un.org/es/
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