Al no subvencionar productos, sino personas y reorganizar la distribución de las riquezas existentes, además de continuar observando ejemplos de hombres y mujeres laboriosos y escuchar los más contundentes argumentos acerca del trabajo, los que no hacen nada ya sienten la necesidad de un sueldo en las escasas horas transcurridas desde el Día Cero.
Y como el más simple de los razonamientos aritméticos conduce a que el salario va en camino de desempeñar una función como en cualquier otro lugar del mundo, ya ese grupo inactivo laboralmente puede llegar a la conclusión de que hay que trabajar.
Nunca como en este momento la clase trabajadora cubana tiene las condiciones para unirse, hacerse fuerte conducida por un movimiento sindical, tal y como afirma la siguiente frase:
El trabajador aislado es el instrumento de fines ajenos; el trabajador asociado, es dueño y señor de su destino. (José Enrique Rodó)
Y para aquellos que desde dentro o fuera del país han estado suministrando parte de su salario a familiares que pudiendo hacerlo, no trabajan, sería bueno que reflexionen sobre el siguiente proverbio chino:
Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio.
Sin pretender que no se brinde apoye financiero, pero sería positivo que se piense en lo expresado por Cesare Cantú:
El pan más sabroso y las comodidades más gratas son las que se ganan con el propio sudor.
Existe un número de personas en edad laboral que ya acudieron a solicitar un empleo, y seguramente que otros más se animarán a hacerlo. A ellos, se les puede dedicar estas frase de Thomas Carlyle:
Bienaventurado aquel que ha encontrado su trabajo; que no pida más.
Y también estas palabras de Tales de Mileto:
Busca siempre un quehacer; cuando lo tengas no pienses en otra cosa que en hacerlo bien.
Una vez hallada la ocupación, viene bien la expresión de Noel Clarasó:
Cumplir y terminar todo el trabajo del día de hoy es el mejor modo de preparar y cuidar el día de mañana.
Para quienes hayan llegado a creer que no hay empleos, o mejor dicho, que no hay ninguno que le agrade o considere conveniente, Charles Dickens sentencia:
Donde millones de hombres se arredraron, allí empieza tú a trabajar.
La prolongada y desagradable situación provocada por las condiciones que llevaron a no trabajar o hacerlo mal y que el Ordenamiento comienza a solucionar confirma lo que dijo Tonino Licdciardello:
El trabajar cuesta, pero cuesta más el no trabajar.
El inicio de esa tara en el Día Cero no es una varita mágica ni la panacea universal que resolverá todos nuestros males, pues como afirmó Charles Baudelaire:
El mejor remedio contra todos los males es el trabajo.
Y también Stephen Leacokc:
Soy gran creyente en la suerte, y he descubierto que mientras más duro trabajo, más suerte tengo.
En resumen: el dúo formado por el ejemplo y las explicaciones se convierte ahora en una trilogía al incorporase las normas contenidas en la Tarea Ordenamiento que convierten el trabajo en fuente de riquezas, lo mismo a escala social que en el ámbito familiar y personal.
Por último, invitamos a reflexionar sobre una frase Mario Moreno (Cantinflas):
Algo malo debe tener el trabajo porque si no, los ricos lo habrían acaparado.
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