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Sabemos que la pandemia por COVID-19 ha generado comprensiblemente mucha ansiedad y preguntas en nuestras pacientes. Si bien esta infección viral es relativamente nueva por lo que el conocimiento que tenemos los médicos de la enfermedad es todavía limitado y evoluciona día a día, nuestro equipo ha confeccionado esta guía de preguntas frecuentes que iremos actualizando semana a semana para brindarle a nuestras pacientes información clara sobre las particularidades del cuidado tu embarazo durante la pandemia.

¿Cómo se transmite el virus que produce COVID-19? 

El nuevo coronavirus se transmite entre personas en contacto cercano a través de gotas.  Cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, libera gotas que pueden caer en la nariz, boca u ojos de una persona no infectada.  También puede transmitirse si una persona no infectada toca una superficie infectada y luego toca su nariz, boca u ojos.  Se recomienda por lo tanto tratar de  evitar tocarse la cara y lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente.

¿Cuánto puede durar activo en virus en distintas superficies?

El virus que causa la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) puede mantenerse estable durante varias horas o incluso días en aerosoles (gotas en el aire) y en superficies. El virus sobrevive en aerosoles hasta 3 horas, 4 horas en las monedas, 24 horas en papel como billetes y hasta 3 días en plástico.

¿Las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de infectarse o de tener una forma grave de la enfermedad?

No, la experiencia en China y Europa muestra que las mujeres embarazadas no parecen tener un mayor riesgo de contagiarse o de tener una infección grave en comparación con las personas no embarazadas del mismo grupo de edad. 

¿En qué se diferencian los síntomas de COVID-19 de otras enfermedades virales de las vías respiratorias superiores?

La infección por COVID-19 puede ser muy similar a la gripe (influenza).  Los síntomas más frecuentes son fiebre, tos, fatiga y dificultad para respirar.  Con menos frecuencia, la infección puede producir dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor corporal (mialgias)  o diarrea. Otros síntomas tales como una nariz tapada y estornudos son más característicos de un resfrío común.

¿Cómo puedo protegerme de contagiarme COVID-19?7

  •  Evitá el contacto con personas enfermas.
  •  Lavate las manos con frecuencia usando agua y jabón durante 20 segundos (mejor) o desinfectante para manos a base de alcohol
  •  Tratá de tocarte la cara lo menos posible
  •  Evitá ir lugares concurridos y reuniones sociales;  evitá el contacto innecesario de persona a persona.
  •  Tratá  de mantener el distanciamiento social en el trabajo y cuando salgas a comprar comida.  Lo ideal es de mantenerse a unos 2 metros  de distancia de otras personas. 
  •  Todos los dias limpiá y desinfectá las superficies que tocamos frecuentemente, como mesas, picaportes, interruptores de luz, mesadas, manijas, escritorios, teléfonos, teclados, inodoros y canillas.

¿Puedo contagiarle COVID-19 a mi bebé durante el embarazo?

 Los datos publicados en revistas científicas hasta ahora son optimistas y no muestran que COVID-19 pueda transmitirse de madre a bebé durante el embarazo. En este momento, no hay datos sobre los efectos de COVID-19 en el embarazo temprano, pero otros coronavirus no se han transmitido ni han causado problemas en los bebés en desarrollo.  Este es un tipo muy diferente de virus que el del Zika, que puede transmitirse a través de la placenta y afectar el desarrollo del bebe. Después del nacimiento, los bebés pueden adquirir COVID-19 a través de la transmisión de gotitas respiratorias (es decir, a través del aire), al igual que los adultos.  Se recomienda por lo tanto que las madres que dieron positivo el test para COVID-19 se aíslen transitoriamente de sus recién nacidos para evitar contagiarles la enfermedad.

¿Se puede transmitir COVID-19 durante la lactancia?

Hasta la fecha, no hay datos que sugieran que el virus pueda transmitirse al bebé a través de la leche materna.  La leche materna sigue siendo la mejor fuente de nutrición y protección contra muchas enfermedades.  La lactancia parece ser segura en pacientes con COVID-19, siempre que se tengan los cuidados suficientes para reducir el riesgo de transmitir el virus a tu bebé. Esto puede lograse lavándose las manos antes de tocar al bebé, evitando tocar su cara y usando un barbijo durante el amamantamiento.  Algunas mujeres pueden preferir extraerse leche a mano y hacer que alguien que no esté enfermo se la dé al bebé con una mamadera hasta que la mamá resuelva la infección.  Si te sacás leche manualmente, asegurate de lavarte bien las manos antes de hacerlo.

¿Qué debo hacer si tengo síntomas de una enfermedad respiratoria?

Si tenés fiebre de 38 grados o más, y uno o más de los siguientes síntomas: tos, dolor de garganta o dificultad para respirar, te recomendamos que te pongas en contacto con tu obstetra de cabecera. Si tu obstetra de cabecera no identifica factores de riesgo, tus síntomas son leves y no hay ninguna razón relacionada con el embarazo para que te atiendan en el hospital, el médico te recomendará que te quedes en casa y te aísles por 14 días para evitar exponer a otros.  En algunos casos es posible que te citen para hacerte una prueba ambulatoria de COVID-19. En caso de tener dificultades para respirar, mucha tos, o dificultad para bajar la fiebre o factores de riesgo adicionales, tu obstetra te recomendará que consultes a la guardia para que puedan evaluarte.

Mi obstetra de cabecera me sugirió que haga consultas prenatales más espaciadas, o  por teléfono o videollamada. Esto me preocupa.

En términos generales, la mayoría de los elementos de la atención prenatal se pueden realizar de forma remota.  El recuento diario de movimientos fetales combinado con las ecografías de rutina permite saber que tu bebé está bien. Otra parte importante de la atención prenatal es controlar tu presión arterial.  En la mayoría de las pacientes (75%) el riesgo de hipertensión es bajo, y no hay problema con hacer los controles con menos frecuencia.  Además, las pacientes que tienen un tensiómetro automático,  pueden controlarse la presión en casa y hablar con su médico en caso de que tengan un registro mayor a 140/90 mmHg.  También pueden consultar fácilmente por teléfono en caso de otras molestias o dudas. El distanciamiento social (evitar el contacto innecesario de persona a persona) es muy importante para reducir la transmisión del virus.

¿Debo concurrir a hacerme mis ecografías de rutina?

Recomendamos que las pacientes sin factores de riesgo ni sospecha de infección por COVID-19 realicen sus ecografías de rutina. Estas son: E1 (11-13 semanas), E2 (20-24 semanas) y E3 (30-36 semanas). En caso de embarazos de alto riesgo (por patología materna o fetal, antecedentes o complicaciones obstétricas), el especialista en medicina fetal y tu obstetra de cabecera te recomendarán la frecuencia necesaria de estudios ecográficos. Las pacientes con sospecha de COVID-19 sin síntomas graves deberán postergar los controles ecográficos por 14 días. Las pacientes internadas por infección grave por COVID-19 tendrán ecografías más frecuentemente. 

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¿Puedo llevar un acompañante a mis controles obstetricos prenatales o las ecografías?

Lamentablemente no. Estamos tratando de limitar el número de personas que concurren a los consultorios con la intención de disminuir la propagación del virus.  Durante los ecografías, te daremos fotos para llevar a casa y mostrar a tu familia.

¿Qué debo hacer si estoy embarazada, tengo síntomas de COVID-19 y además tengo problemas relacionados con el embarazo (contracciones, pérdida de líquido, disminución de los movimientos fetales, sangrado vaginal, etc.)?

En caso de tener alguna pregunta relacionada con el embarazo, te recomendamos que te pongas en contacto con tu obstetra de cabecera.  Si tus consultas relacionadas con el embarazo necesitan evaluación, tu obstetra te enviará a la guardia  para ser evaluada. Al llegar al hospital serás recibida por una enfermera que te proporcionará una barbijo y guiará dentro del hospital.  Para reducir la transmisión del virus COVID-19 sólo un persona podrá acompañarte durante el tiempo que dure ty hospitalización. Durante tu internación, el personal de salud usará equipo de protección personal.  Si es es necesario que quedes internada  y cumplís con criterios específicos, se te harán pruebas confirmatorias de COVID-19. No hay evidencia de que las pacientes con infecciones leves con COVID-19 tengan que tener su parto antes de tiempo.

¿Es seguro venir al hospital para tener el bebé?

Creemos que el parto en el hospital es seguro para vos y tu bebé.  Tomamos muchas precauciones con cada paciente para prevenir el contagio de la infección.  Las habitaciones y los equipos se desinfectan profundamente después de cada paciente.  Nuestro personal está capacitado para  prevenir infecciones, y para brindarte todo el apoyo y asistencia que necesites durante el nacimiento.  Estamos preparados para responder a cualquier complicación que pueda ocurrir durante el trabajo de parto y el parto tanto para mujeres sanas como para aquellas que tienen embarazos de mayor riesgo.

¿Hay restricciones para los visitantes en el hospital?

 Sí, todo el hospital ha hecho cambios para limitar las visitas, a excepción del trabajo de parto, parto, posparto en el que podrás tener un acompañante.  Es posible que se interrogue al acompañante para detectar síntomas de coronavirus y en caso de que exista una sospecha de infección, deberás designar a otro familiar.  No está permitido el intercambio de acompañantes durante la internación. Limitando las visitas y el numero de profesionales en los consultorios, buscamos limitar la transmisión del virus y proteger de la enfermedad a las madres, los recién nacidos, las visitas y el personal de salud. 

¿Cómo será mi parto si tengo COVID-19?

En la sala de partos solo estarán la partera y tu obstetra de cabecera o el obstetra de guardia.  Es posible que necesites usar un barbijo. , El personal de salud a cargo de tu cuidado también tendrán barbijos, protectores oculares y guantes. Una vez que haya nacido el bebé, se cortará el cordón y se lo entregarán al neonatólogo quien te lo mostrará y de acuerdo con las recomendaciones actuales lo llevarán a neonatología lo aislará para reducir el riesgo de que se contagie. No se recomienda  el contacto directo de piel con piel. Se alentará la lactancia materna con medidas de protección hasta que la mamá resuelva la infección.

¿Puedo irme de alta más precozmente después del parto para minimizar mi tiempo en el hospital?

Sí, en caso de que el nacimiento haya ocurrido sin complicaciones, se intentará otorgarle el alta una vez que el bebé hay cumplido 24 horas, siempre que los neonatólogos lo autoricen.  Hay algunas pruebas esenciales para los recién nacidos que se realizan a las 24 horas de edad y queremos asegurarnos de que se realicen para minimizar la necesidad de tener que hacer consultas frecuentes al consultorio de pediatría.

Estoy embarazada y soy personal de salud (médica, obstétrica, enfermera, etc).  ¿Debería evitar atender a pacientes que pueden tener COVID-19?

Si fuera posible, el personal salud que cursa un embarazo debería considerar tomarse licencia para limitar su exposición a pacientes con COVID-19.

¿Cómo puedo hacerme la prueba de COVID-19?

Por el momento, el acceso a pruebas de laboratorio para COVID-19 solo se recomiendan para  pacientes que cumplen con criterios específicos de sospecha. ... Cortesía: https://www.hospitalaustral.edu.ar/
#quedateencasa #TodosContraCOVID19 #CubaEduca

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El SARS-CoV-2 origina numerosos síntomas neurológicos, pero poca patología neurológica. Sin embargo, su invasión del cerebro podría ser peligrosa a largo plazo.

El órgano preferido del SARS-CoV-2 es el pulmón, aunque hace incursiones dañinas por otras zonas abdominales, por el corazón, la piel y a veces irrumpe en el cerebro a pesar de su poderosa barrera defensiva. ¿Por dónde entra y qué lesiones causa?

Nature Neuroscience, publica un estudio de 33 autopsias de personas que murieron a causa de la COVID-19, en el que confirma que el SARS-CoV-2 puede invadir el cerebro a través de la nariz, lo que ayudaría a explicar algunos de los síntomas neurológicos observados en los contagiados, como la anosmia, la ageusia, el dolor de cabeza, la fatiga y las náuseas. La infección no sólo afectaría al tracto respiratorio sino también, en menor medida, al sistema nervioso central (SNC). Aunque algunas investigaciones han descrito la presencia de ARN viral en el cerebro y en el líquido cefalorraquídeo, no se sabía por dónde accede el virus ni dónde se instala.

Frank Heppner y su equipo del Hospital Universitario la Charité, de Berlín, examinaron la nasofaringe -foco de infección y replicación del virus- y los cerebros de 22 hombres y 11 mujeres, con una mediana de edad al morir de 71,6 años, y 31 días de media desde la aparición de los síntomas hasta su fallecimiento. Encontraron ARN y proteínas del SARS-CoV-2 en ambos órganos, así como partículas virales intactas en la nasofaringe. Los niveles más altos de ARN viral se hallaban en la membrana mucosa olfativa.

Su análisis indica que a mayor cantidad de ARN viral más rápido era el desenlace. La presencia de la proteína spike, el ancla del SARS-CoV-2, en células de la mucosa olfatoria explicaría la ruta del virus hacia el cerebro, aprovechando la proximidad del tejido endotelial y nervioso. En algunos pacientes se encontró dicha proteína en células que expresan marcadores de neuronas, lo que sugiere infección de las neuronas olfativas, así como en las áreas del cerebro que reciben señales del olfato y el gusto. También había virus en otras áreas del sistema nervioso, como el bulbo raquídeo, centro de control respiratorio y cardiovascular del cerebro.

Cuestión de receptores

Pero, ¿qué hace el virus en el cerebro? Jorge Matías-Guiu, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, comenta que “el estudio alemán confirma empíricamente algo que era lógico: el virus puede pasar desde las células endoteliales nasales al tejido cerebral. Pero lo que haga ahí dependerá de los receptores ECA2 que encuentre, que no son muchos. Las neuronas olfatorias tienen una baja presencia de tales receptores, al contrario que las células endoteliales olfatorias, de manera que es poco probable que las alteraciones en el olfato sean de origen neuronal”.

Precisa que la distribución de receptores ECA2, puerta de entrada del virus, “es menor en el sistema nervioso central que en el pulmón y en el aparato digestivo, y varía en las diversas zonas del cerebro, siendo más frecuente por ejemplo en la sustancia negra y en las áreas relacionadas con la demencia”. Y recuerda que, al igual que los ictus que en ocasiones origina el SARS-CoV-2 serían consecuencia del daño endotelial vascular, la infección apenas causa patología neurológica: “Los cuadros neurológicos, como meningitis o encefalitis, son de muy baja frecuencia. Otra cosa son los síntomas neurológicos, como las alteraciones olfatorias (que en realidad son nasales), cefalea inespecífica, fatiga,y otros”.

Síntomas, por tanto, que son frecuentes, y no enfermedades. El estudio Alba COVID, publicado en agosto en Neurology, sobre la aparición de síntomas neurológicos en pacientes de la COVID-19, mostró por ejemplo que de 841 pacientes ingresados por covid-19 en dos hospitales de Albacete durante el mes de marzo, más de la mitad manifestaron síntomas neurológicos.

Vulnerabilidad

Pero pocos casos no significan ausencia de ellos. En un trabajo que Matías-Guiu publicó con su equipo en abril en la revista Neurología recordaba que “el SNC es vulnerable a la infección: muchos virus pueden llegar al cerebro, incluidos los herpesvirus, arbovirus, virus del sarampión, VIH; los coronavirus también”. Matizaban sin embargo que en las epidemias de SARS-CoV-1 y MERS apenas se registraron síntomas neurológicos, salvo casos aislados. “La presencia de lesiones neurológicas, especialmente lesiones desmielinizantes en el modelo murino del virus de la hepatitis (un coronavirus que solo infecta a los ratones), puede explicar los mecanismos por los cuales los coronavirus entran en el SNC, particularmente los relacionados con la respuesta inmunitaria”.

Se ha observado por otro lado la presencia de coronavirus en pacientes con esclerosis múltiple, alzhéimer y pákinson. Aun así, Matías-Guiu afirma que “es poco probable que el SARS-CoV-2 sea capaz de cruzar la barrera hematoencefálica debido a su gran tamaño; la ruta de entrada más plausible sería a través de los nervios olfativos o trigéminos”.

En ese artículo ya planteaban que la detección de coronavirus en el cerebro sugiere que podrían permanecer en el SNC durante largos períodos de tiempo sin causar síntomas neurológicos, convirtiendo al cerebro en un reservorio viral, con la posibilidad de ocasionar enfermedades neurodegenerativas o empeorar las existentes.

Vesículas aislantes

Esta hipótesis del cerebro como reservorio viral la analizaban en otro artículo que publicaron en junio en Journal of Medical Virology, en el que comentaban el caso de un paciente con  párkinson y la COVID-19. “El SARS-CoV2, al igual que otros coronavirus, es capaz de llegar al cerebro, pero probablemente sin la replicación acelerada observada en otros órganos. Esto podría explicarse por la baja presencia de receptores ECA2 en el cerebro. Ahora bien, aunque la frecuencia de complicaciones neurológicas durante la infección activa es baja, el acceso al SNC por parte del SARS-CoV2 podría ser alto. La distribución de los receptores ECA2 en el sistema nervioso central no es homogénea, y áreas como el lóbulo frontal parecen expresar una cantidad moderada”.

Una menor expresión de dichos receptores aumentaría la posibilidad de que las células generasen mecanismos de defensa, “incluyendo la vacuolización o generación de vesículas para aislar el virus”, fenómeno observado con otros coronavirus. “Además, la baja expresión de la proteasa TMPRSS2 -otro factor clave- en el SNC también podría implicar un acceso más limitado”, escribían los neurólogos del Clínico de Madrid.

En la web de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia, Emilio Muñoz, Victor Ladero y Jesús Rey explicaban que “la inflamación fuera del cerebro y el debilitamiento de la barrera hematoencefálica podrían crear las condiciones idóneas para el asalto del SARS-CoV-2 al cerebro. No puede sorprender, por tanto, que una infección vírica con síntomas tan diversos y tan personalizados dé lugar a trastornos neurológicos e incluso a que el virus pudiera atravesar esta barrera”.

Pero, en sintonía con los trabajos de Matías-Guiu, añadían que, “aunque se han reportado casos muy raros que cumplen los criterios para ser considerados casos plausibles de encefalitis resultante de infección del SNC por el SARS-CoV-2, los estudios disponibles indican que este virus solo raramente puede producir una verdadera encefalitis o meningoencefalitis asociadas a una evidencia de invasión viral directa del sistema nervioso central”.

Amenaza latente

Prueba de ello es que, en otro análisis del grupo de Matías-Guiu publicado en junio en la revista Movement Disorders, no hallaron gliosis, microgliosis o marcadores de inflamación. “En estos casos, el virus se observó dentro de vacuolas y/o inclusiones”. La ausencia de signos inflamatorios indicaría que la vacuolización puede ser una defensa contra la infección, pero no una respuesta como en otras encefalitis virales.

De todos modos, esa inquietante presencia del SARS-CoV2 plantea interrogantes sobre el papel del sistema nervioso central como reservorio vírico y sobre el posible desarrollo futuro de enfermedades neurodegenerativas, quizá mediante un mecanismo similar al mal plegamiento proteico observado en las enfermedades priónicas.

“El virus -concluían Emilio Muñoz, Victor Ladero y Jesús Rey- podría persistir en el cerebro sin manifestar una enfermedad neurológica aparente, aunque como se ha visto en otros casos, puede finalmente estar involucrado en enfermedades tan graves como la esclerosis, el Alzheimer o el síndrome de Guillain-Barré”. Cortesía: http://www.sld.cu/node?iwp_post=2020/12/15/%C2%BFEs%20el%20cerebro%20un%20reservorio%20viral%20del%20SARS-CoV-2%3F/190016&iwp_ids=1_90016&blog=1_aldia

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