Hace 504 años comenzó una  historia que hasta hoy nos conserva ocupados. El 2 de febrero de 1514 nació una villa, Santa María del Puerto del Príncipe, y fue creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en ese Camagüey mágico que atrapa a todo el que lo visita y enorgullece a quienes somos sus hijos. El sitio exacto donde todo inició siempre ha sido motivo de debate, incluso la fecha ha dado de que hablar al referirse algunas bibliografías a 1515 como año fundacional.

La villa, que se convertiría en la principal población del centro de la isla, tuvo una vida itinerante que la llevó desde una zona en la actual bahía de Nuevitas en la costa norte, hasta territorio cercano al río Caonao (1516) -cuya ubicación no ha sido precisada-, para finalmente asentarse en el cacicazgo de Camagüey (1528) situado entre las márgenes de los ríos Tínima y Hatibonico.

Cuando nos referimos al lugar exacto donde estuvo el primer emplazamiento de Puerto Príncipe solemos mencionar la conocida Punta del Guincho.  Quizás lo más concreto y tal vez correcto, sea decir que nuestra ciudad nació en Pueblo Viejo, ubicado en el área del Guincho en la parte septentrional de la bahía de Nuevitas.

El 29 de febrero de 2012, como si de una nueva conquista se tratara, llegó a Nuevitas un grupo de aventureros con el firme propósito de reafirmar lo que antes otros habían vislumbrado: Santa María del Puerto del Príncipe surgió en Pueblo Viejo de Nuevitas.

A pesar de la relevancia que tiene este proyecto y de la cobertura que se le dio en el momento que fue llevado a cabo, es poco conocido por los camagüeyanos, el nombre de Pueblo Viejo es aún lejano en la memoria histórica de los habitantes de la ciudad. Se pudiera decir sin ánimos de ser absolutos, que es ingrato por nuestra parte ignorar la existencia de este sitio arqueológico en el que han trabajado varios investigadores para esclarecer la controversia que ha sido por años el área fundacional de Camagüey. Según publicaciones de los especialistas vinculados, su estudio no solo es importante para la historia de la provincia, sino también para Cuba y el resto de América Latina, pues permite abordar una de las problemáticas principales de la disciplina en el conocimiento del llamado mundo moderno: las relaciones sociales bajo los condicionamientos de la colonización europea en tierras americanas.

La excavación se realizó del 29 de febrero al 30 de marzo de 2012. En ella participaron un grupo de investigadores e instituciones nacionales e internacionales. Se integraron especialistas de Argentina y Colombia así como los trabajadores del Gabinete de Arqueología de la  Oficina del Historiador de la   Ciudad de La Habana y de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), junto a los alumnos de la Escuela de Oficios Francisco Sánchez Betancourt de la provincia. De igual manera contaron con la colaboración de miembros del CITMA de Camagüey,  el Museo Provincial Ignacio Agramonte, la Sociedad Espeleológica de Cuba y otros individuos y entidades movidos por el interés en la historia.

Esta excavación no es la primera que se realiza en el lugar. En junio de 1964, aparecieron las primeras evidencias de material colonial en la pendiente sureste de la loma del Vigía, por la acción del ciclón Flora que azotó toda la zona de la bahía de Nuevitas. En este mismo año se llevaron a cabo excavaciones en el sitio dirigidas por el ya desaparecido arqueólogo camagüeyano Rodolfo Payarés. Con el objetivo de corroborar las suposiciones históricas surgidas sobre el primer asentamiento de la villa a raíz de los trabajos de 1964, se realizaron estudios posteriores en este emplazamiento en los años 1973 y 1976.

El resultado de estas investigaciones, incluyendo la más reciente encabezada por arqueólogos camagüeyanos de la OHCC, influye notablemente en las tradiciones camagüeyanas. Su trabajo y sacrificio es digno de admirar, estos hombres y mujeres abnegados estuvieron un mes alejados de sus familias y la comodidad de sus hogares. A pesar de su disciplina, las labores fueron fatigosas durante las jornadas que se extendieron de 8:30 AM a 6:00 PM. Vale también destacar la participación de los alumnos de la escuela de oficios que demostraron su interés y perseverancia.

El material arqueológico exhumado sugirió una ocupación temprana y sostenida desde la primera mitad  del siglo XVI hasta igual periodo del siglo XIX. Del mismo modo se observaron elementos aborígenes. Los fragmentos de carbón vegetal y restos de dieta que fueron analizados y fechados mediante el método de Carbono 14, se estima pertenecieron a los siglos XVI, XVII y XVIII aproximadamente.

Durante la campaña los especialistas comprobaron que el área había sido víctima de buscadores de tesoros en repetidas ocasiones. Al parecer las leyendas sobre botines escondidos, como resultado del comercio ilícito en época colonial, dio lugar a las prácticas de saqueo por parte de los pobladores. En más de una instancia recogieron testimonios sobre fortunas enterradas y un cementerio -que nunca apareció- , incluso uno de los residentes próximos al lugar, solicitó la ayuda del equipo de trabajo para localizar y extraer monedas de oro que el alma de una mujer le había revelado.

Sin duda alguna este proyecto es un logro inmenso por parte de todos los investigadores que se integraron. La misión de esclarecer una parte tan importante de nuestra historia local exige gratitud y exaltación no solo de los camagüeyanos sino de todo aquel que se llame cubano. Precipitarse a analizar años y años de historia basándose en suposiciones y corriendo el riesgo de que con el de cursar del tiempo aparezcan nuevas teorías no es cosa fácil, ya que a pesar de los avances de la tecnología el estudio del pasado se fundamenta en hipótesis, casi nunca podremos hablar de él  a ciencia cierta.

Por ello es digno de reconocer en todo momento la entereza de desarrollar esta investigación en Pueblo Viejo de Nuevitas, y no solo esta, las aventuras de los arqueólogos camagüeyanos no se limitan al sitio donde se fundó la hermosa ciudad agramontina. Varios enclaves de igual relevancia han sido tocados por esas manos, que aunque de tierra y polvo se llenen lo hacen con la mayor delicadeza, de allí que debería tener más repercusión su quehacer, porque preservar la memoria histórica de un pueblo no es una labor fácil, además es de suma importancia. Y si de todas sus búsquedas en favor de Camagüey habláramos habría que mencionar El Regidor y el Hotel Habana, que también forman parte de esos 504 años de historia, que comenzaron en algún lugar cercano a la bahía donde años más tarde se fundó San Fernando de Nuevitas.