Camagüey- La bailarina de ballet clásico Aurora Bosch estuvo sentada por brevísimo tiempo marcando con los pies el ritmo de la música cubana, cuando un impulso la llevó al tabloncillo en una expresión de gratitud al compás del son.

“¡Ay, cómo me gusta!”, dijo al salir al encuentro de Reinaldo Echemendía Estrada, director del Ballet Folklórico de Camagüey, en ese instante pareja de baile de una figura mundial que en diciembre cumplirá 80 años de edad.

“Mucha cubanía, muy buena música y muy buena suerte. Gracias a todos”, insistió ante un colectivo maravillado por la humildad y la ética de la distinguida maestra que con sus pasos vindica el marginado arte popular, aunque la danza clásica naciera como práctica rural de agradecimiento por una buena cosecha.

Saber bailar un son no es un indicador para medir la cubanía, pero que una Joya Cubana del Ballet comparta el movimiento de su espontaneidad rompe cualquier estereotipo y falso mito en los terrenos de la danza y de la identidad.

La orquesta de la compañía no solo tocaba Échale salsita, del afamado Ignacio Piñeiro; además pulsaba el gusto por la danza en las memorias de la familia: “Para mí es un placer inmenso, y me ha recordado a mi tío y a mi abuelo”.

Aurora Bosch llegó a la sede del Folklórico, donde querían ofrecerle algo especialmente significativo: el Reconocimiento Aché, consistente en un diploma y en una cerámica con forma de campana de agogô, herencia cultural africana.

Echemendía relacionó el término Aché con todo lo bueno que se irradia desde el universo y hasta el universo. Desde el 2003, varias personalidades e instituciones han recibido este gesto del Folklórico y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas como elogio al quehacer artístico y al aporte a la cultura cubana.

“El ballet también me ha permitido ofrecer felicidad, que quede para siempre. Los felicito a ustedes y volveré”, concluyó Aurora Bosch, casi al cierre de su estancia en la ciudad, donde compartió con estudiantes, impartió clases y apreció el reestreno de Cantata, a cargo del Ballet de Camagüey.

Por Yanetsy León González/Adelante

Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ Adelante