Camagüey- El Presidente de la Asociación de Economistas de Cuba en la organización de base de la Delegación Territorial del CITMA en Camagüey explicó durante un matutino dedicado a José Martí, que en la obra de Martí no existe una investigación extensa y orgánica en forma de tratado o ensayo económico, tampoco una doctrina completa con su aparato categorial. 

Martí no era, ni aspiraba a ser, un filósofo, ni teórico socio-político, ni teórico de la economía. Sin embargo, en él había una coherencia entre los principios que invocaba y las aplicaciones prácticas que ofrecía para los problemas que encontraba a diario en su accionar político.

En Martí, los aspectos económicos son frecuentes en su obra, por ejemplo, los boletines de su período en México, el folleto Guatemala, sus escritos en la revista La América, sus Crónicas Norteamericanas, las cuales abordan cuestiones económicas.

Recordemos su intervención en la Conferencia Monetaria Internacional de 1891 donde demuestra sus conocimientos de economía. 

Lo económico en Martí tiene un carácter aparentemente eventual —casi siempre urgido, como periodista, por la noticia—; su apariencia a veces fragmentaria y de comentario al paso; la falta, en definitiva, de un enfoque académico de sus reflexiones económicas, han determinado que no se le hayan prestado la atención debida, y en especial, a la posible unidad interna de esas reflexiones y a su articulación con aquellas otras dimensiones de su pensamiento.

Su pensamiento económico posee: sistematicidad integradora, proyección universal diferenciada y casuística de los hechos y fenómenos que estudia, conciencia científica de la realidad que lo circunda, captaba y reflejaba acertadamente, las peculiaridades y tendencias generales del movimiento histórico social de la época, detectaba las contradicciones socioeconómicas más importantes de los sistemas que estudió, el cómo revelaba los mecanismos de dominación y dependencia y la realidad de la mayoría de las soluciones que él propone.

Sus concepciones sobre el progreso social y el desarrollo económico manifiestan las siguientes características:

•Combinan armónicamente lo universal y lo particular.

•Tiene en cuenta no solo la construcción y reconstrucción material de la sociedad, sino también el desarrollo espiritual en lo ético, lo cultural, lo científico, como un verdadero desarrollo social.

•La búsqueda del desarrollo industrial de los países de América Latina. Aunque para él, lo estratégico era, en esa época: el desarrollo agropecuario para buscar posteriormente el desarrollo industrial.

•Su dialéctica acerca del proteccionismo y el libre comercio para los países de América Latina, buscando siempre el desarrollo industrial y el bienestar social de esos pueblos.

•El problema de la pequeña propiedad sobre la tierra.

•La fundación de una República de pequeños productores.

•El papel del Estado como garantía de la educación, del progreso científico-técnico.

•La diversificación de la agricultura.

•La conclusión que avizoró: de que cualquier estrategia de desarrollo que establecieran los países de América Latina tendría que realizarse frente al agresivo poder económico y político de los Estados Unidos.

Martí ha influido en nuestro pensamiento económico, como en otros muchos aspectos de la cultura nacional como precursor, fundador y guía. Con Martí comienza "lo cubano en la economía" para lograr la liberación económica de la nación. Pero esto no se ha logrado aún, y mientras nuestro país no haya completado su desarrollo económico y se haya establecido "la paz igual y culta" en el mundo, todo lo que se haga en esa dirección transita y debe hacerse bajo la advocación de Martí.